A mil 500 metros, en
las profundidades de una grieta en el Auyantepuy, fue descubierta una cueva de
cuarcita que podría ser la más grande en su tipo. La expedición que confirmó la
majestuosidad de la gruta fue hecha por un equipo multidisciplinario integrado
por venezolanos e italianos, que estuvieron 15 días en el tepuy, dentro del
Parque Nacional Canaima, sector occidental, al sur del estado Bolívar.
El lugar de difícil
acceso fue bautizado por el grupo como Imawarì Yeuta que en lengua pemón
kamarakoto significa “la cueva donde habitan los dioses de la montaña”, un
sitio “inalcanzable a los mortales, rico en aguas purísimas, cristales y
estatuas colosales esculpidas en el transcurso de millones de años”.
La cueva tiene 15.5
kilómetros de trayecto, con múltiples salidas, agua fresca y entradas de aire.
Podría ser la más grande cueva de este tipo hallada hasta ahora.
La gruta es de
cuarcita, roca metamórfica dura (las que se forman a partir de otras rocas) con
alto contenido de cuarzo. En composición la mayoría de ellas llegan a ser más
de 90% de cuarzo y algunas incluso 99%.
El Auyantepuy, donde
fue hallada la cueva, tiene una extensión de 700 kilómetros cuadrados.
En la cueva fueron
hallados nidos de guácharos, aves nocturnas que, usualmente, tienen su sitio de
reposo en la roca. Este comportamiento es poco habitual, y llamó la atención de
los científicos.
En cuanto a la
antigüedad, tomando en cuenta que esta zona ostenta edades entre los 2000 y
5000 millones de años, la zona más antigua del planeta, los científicos creen
que Imawarí Yeutá podría ser la cueva más antigua del mundo, si temor a
equivocarse, afirman que aquí definitivamente se produjo el origen del mundo.
Pero eso no es todo, desde el aire han podido divisar al menos seis cuevas
totalmente inexploradas, nadie imagina lo que podría haber allí. En cuanto a la
formación de Imawarí Yeutá, su origen es bacteriológico.
Sin embargo, como se
sabe, la Gran Sabana y el Parque Nacional Canaima, son zonas protegidas, no
sólo por el Estado venezolano, sino también por la Unesco, que declaró en 1994
a la Gran Sabana y Canaima Patrimonio de la Humanidad, lo que hace que esta
zona no pueda ser alterada, por eso los requisitos de confirmación científica
exigidos para ascender a los tepuyes son estrictos, de más está recalcar que no
está permitido ningún experimento que arriesgue la vida del ecosistema, el
trabajo científico que se hace allí consiste en clasificar nuevas especies,
nuevos minerales y seguir indagando en la geología del planeta, con un
objetivo: preservar. Así que celebremos este descubrimiento que reafirma a la
Gran Sabana como uno de los lugares más hermosos del mundo y que confirma que
esta tierra es “tierra de gracia”.
Autor: Siembrambiental
0 comentarios:
Publicar un comentario